Actualmente, antes de construir un nuevo edificio, ya se tiene en cuenta la accesibilidad, ya sea por ética o por cumplimiento de la ley. Pero en los edificios antiguos, la normativa sobre accesibilidad en edificios del 4 de diciembre del 2017, se detalla la obligatoriedad a los propietarios de las fincas a realizar las obras necesarias para garantizar la accesibilidad a aquellas personas que residan, trabajen o presten algún servicio en esa comunidad, y que tengan algún tipo de discapacidad o sean mayores de 70 años. Para ello se deberán efectuar las modificaciones que se necesite en el edificio, o bien instalar en su lugar elementos mecánicos que garanticen la plena accesibilidad a todos los vecinos.
Y es que en décadas anteriores, aunque los constructores sí se contemplaban ascensores en el interior del edificio, era muy común dejar unos escalones de acceso en la planta calle e incluso un segundo tramo hasta llegar al ascensor. Las personas que adquirieron sus viviendas entonces, eran parejas jóvenes a las que no les incomodaban esos tramos, pero años después, se ha convertido en una verdadera necesidad eliminar esa barrera arquitectónica.
Para que un edificio sea accesible, cuenta con distintas opciones para implementar la que mejor encaja con el espacio disponible:
BAJAR EL ASCENSOR A COTA CERO
Esta obra consiste en que el actual ascensor ya existente, llegue hasta la planta de la calle para eliminar ese tramo de escaleras interiores. Para realizar esta obra, es fundamental que el vestíbulo cuente con el espacio necesario. Una vez salvado este inconveniente, hay que saber que es la opción más cara de todas, aunque con las actuales ayudas del Ayuntamiento de Zaragoza la obra resulta mucho más económica. Salvando estos dos handicaps, hay que señalar que es la mejor opción de todas ellas, porque con un solo elevador y un solo sistema el usuario llega desde la calle hasta su vivienda, sin perder más tiempo ni demoras. También queda integrado en el el vestíbulo resultando muy estético
COLOCACIÓN DE UN SALVAESCALERAS
Un salvaescaleras es un sistema de elevación que permite sortear cómodamente el tramo de escaleras. Hay diferentes opciones, haciendo de la plataforma y de los elevadores las mejores opciones por su capacidad de carga y amplitud.
Los elevadores salvaescaleras verticales están diseñados para edificios y viviendas en los que existe un tramo de escaleras recto que da acceso al ascensor y/o a la planta principal. Permiten eliminar barreras arquitectónicas de forma sencilla y con un coste bajo en viviendas unifamiliares, locales comerciales, hoteles, restaurantes, oficinas y edificios públicos.
Los salvaescaleras de plataforma tienen la ventaja de que se pueden instalar en tramos de escaleras tanto rectos como curvos, y además, como se pueden plegar, no ocupan prácticamente espacio. La obra es muy sencilla y no requiere prácticamente reforma, y también es la opción más barata de todas. Por eso, la colocación de salvaescaleras tiene mucha demanda y gran aceptación.
Por supuesto existe la posibilidad de colocación de una rampa, pero esta opción se reserva para cuando hay muy pocos escalones y para cuando hay espacio para colocarla, ya que una rampa que cumpla la normativa y esté homologada requiere de un espacio importante del que a menudo no se dispone.