El movimiento se realiza a través de un motor eléctrico que activa una bomba de aceite que acciona un cilindro o pistón que directamente, o a través unos cables de acero, mueve la cabina. El grupo impulsor mueve la cabina en subida y el propio peso de la cabina la impulsa en bajada, en un sistema regulado por válvulas con control hidráulico. El grupo impulsor no tiene que estar en la vertical del hueco, pudiendo alojarse a distancia del mismo, lo cual puede facilitar su instalación.

Están recomendados especialmente para edificios ya construidos de hasta 5 alturas sin ascensor anterior. No se recomienda para más paradas por su lentitud con respecto al ascensor eléctrico y porque la potencia del motor aumenta mucho para más altura. Actualmente la parte mecánica ocupa menos espacio en el hueco y por tanto se pueda aprovechar para obtener unas mayores dimensiones de cabina.

La velocidad de la mayor parte de los ascensores hidráulicos es de 0,62 m/sg frente a los o,15 m/sg de los ascensores domésticos.

Según la normativa vigente los ascensores hidráulicos cuentan con nuevos requerimientos de resistencia e inflamabilidad de materiales para cabinas, mayor iluminación en cabina, mayor resistencia en las puertas de los ascensores, dispositivos de bloqueo de puertas de cabina y la incorporación de barrera fotoeléctrica completa en las puertas de cabina.

Los diseños se pueden adaptar a la estética general del edificio: revestimientos de madera ignífuga, cristal, acero inoxidable y una amplia paleta de colores. Los suelos pueden ser de goma, granito o chapa con diversas variaciones en cata categoría.

Contamos con financiación tanto para particulares, empresas o comunidades de vecinos.